Internet, Gloria y pesadilla

Siempre me he preguntado, ¿todas las personas han pasado por las mismas etapas de aceptación por las que he vivido? Y de qué forma. Un largo periodo de “dispensabilidad”, seguido de una oleada de disconformidad, aplacada por una avalancha de persuasión, que finalmente acaba por derribar mi prejuiciosa terquedad; son los pasos preliminares en la creación de una fuerte dependencia a lo que una vez creí innecesario.

Tal vez, tenga serios problemas con el cambio, en especial cuando quiebran mi estructura de cotidianidad, sin embargo; son más impresionantes mis cualidades para dejar de lado lo que alguna vez fue y arraigarme a lo que ha llegado; una vez acepto la realidad de las cosas, mirar al pasado me torna purpura por mas apego que le haya tenido en su momento. Esto no quiere decir por tanto, que no continúe tercamente apegada a mi estado actual, esperando al futuro y las nuevas cosas que traiga consigo, con ansias; es más, ahora más que nunca espero el mañana demore más de 24 horas.

El hoy ha traído consigo experiencias que no podría siquiera haber imaginado en el pasado, la información desborda de forma nunca antes vistas, y de maneras que realmente quieren ser vividas. Las mentes curiosas y ávidas en la búsqueda de información se encuentran en clímax; uno que durara solo en lo que el hoy llegue a crepúsculo, y sea necesario pensar en el amanecer del mañana; sofocados por las ataduras que les trae la noche.

Yo por mi parte, discrepo de estos que presumen de ávidas e insaciables mentes cuya capacidad de aceptación es veloz; tanto como sus fugases intereses por lo que fue en un tiempo novedoso. A mi parecer, es de mayor productividad vivir las etapas de aceptación como son debidas, largas y tortuosas, sin prisa, y vivir con mesura el hoy. Después de todo nada bueno llega de la prisa, es la tortuga quien vive más de 100 años.

Ana María Núñez Peña. ¨Miaunita¨ -(>.<)-

viernes, 3 de febrero de 2012

CURIOSIDADES FELINAS "CAMBIOS"


No hay comentarios:

Publicar un comentario